la silenciosa complejidad de la piel mate,
un labio carnoso, el otro no, aunque la diferencia cueste.
el rodeo apareatorio o el trajin normal de una oficina chica
produce la estela que huelo con ojos chiquitos y frente lisa
se resiente mi pecho y me mareo,
y planeo unos segundos eternos, complicadísimos.
mi brazo extendido no la alcanza,
dejó los mates y apagó la máquina.
ya no está, va de negro, lleva el pelo atado. sonríe.