mayo 30, 2003

una sonrisa más, la hube de observar toda la tarde,
la silenciosa complejidad de la piel mate,
un labio carnoso, el otro no, aunque la diferencia cueste.
el rodeo apareatorio o el trajin normal de una oficina chica
produce la estela que huelo con ojos chiquitos y frente lisa
se resiente mi pecho y me mareo,
y planeo unos segundos eternos, complicadísimos.
mi brazo extendido no la alcanza,
dejó los mates y apagó la máquina.
ya no está, va de negro, lleva el pelo atado. sonríe.