BEFORE BREAKFAST
Empuñaba un látigo de colección, un artefacto de mediados de sigo XIV, diseñado especialmente para el conde Von Bustenn, de Alirimania Chíprite. Lo blandía con sentido de honor, una cara relámpago que confirmaba todas mis sospechas. Uhla sudaba dentro de las esposas, la carne trémula, las infinitas posibilidades de coágulos esperaban compungidos el momento de dar a conocer sus nuevas constelaciones. El látigo zumbaba por sobre el rostro de Uhla, de una palidez de mármol carrara descafeinado, y semejante a una hélice debilitaba la angustia de una niña para ceder a un vértigo peligroso, deslumbrante e hipnótico. Sujeta ella alevoso él, un hombre corrupto, niño horrible con proyección exterior, en ondas sensitivas, en ideas de cejas erizadas, apreciaciones sensacionalistas y la sospecha de la media con encaje que se rasgó, un alarido inmerso en lágrimas cremosas. Déjame es suficiente!? fue todo lo que rayó un elixir penetrante y detrás un puñado de sed roja.
Empuñaba un látigo de colección, un artefacto de mediados de sigo XIV, diseñado especialmente para el conde Von Bustenn, de Alirimania Chíprite. Lo blandía con sentido de honor, una cara relámpago que confirmaba todas mis sospechas. Uhla sudaba dentro de las esposas, la carne trémula, las infinitas posibilidades de coágulos esperaban compungidos el momento de dar a conocer sus nuevas constelaciones. El látigo zumbaba por sobre el rostro de Uhla, de una palidez de mármol carrara descafeinado, y semejante a una hélice debilitaba la angustia de una niña para ceder a un vértigo peligroso, deslumbrante e hipnótico. Sujeta ella alevoso él, un hombre corrupto, niño horrible con proyección exterior, en ondas sensitivas, en ideas de cejas erizadas, apreciaciones sensacionalistas y la sospecha de la media con encaje que se rasgó, un alarido inmerso en lágrimas cremosas. Déjame es suficiente!? fue todo lo que rayó un elixir penetrante y detrás un puñado de sed roja.
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