En esas, se acerca a mi coche Helena de forma solemne, sulfúrica y de un ademán señorial nos hace entendidos. Es el segundo apocalíptico más surrealista de mi vida. La tomo del brazo y la atraigo contra mi, notando con entusiasmo su aroma ácido. Empuño su cabellera inclinándole la cabeza hacia atrás y muerdo su mentón violentamente salpicando sangre, escupiendo saliva y sangre, conduciendo hacia un pasaje de maniquíes cromadas, miles de ellas en fila india, aguardando ser manchadas por el sol.
marzo 26, 2004
Entradas previas
- No puedo detenerme para dormir. Apenas reparo en m...
- The Man Comes Around, de "American IV: The Man Com...
- No hay nada más doloroso que escuchar por primera ...
- Es una advertencia esta noche de locos. Por poco s...
- Escucha: tengo una preposición para hacerte: oirem...
- Un gris sol de opaca transición decae. Caen fetos ...
- Réplica uniformada del simio en paragüas.
- -Bien, he cometido otra estupidez, Jason. He vuelt...
- ya no soy el mismo sujeto de antaño. mis tejidos e...
- Pan y Circo, si. That´s what I want. Circo. That´s...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home