abril 01, 2004

“Pregunten por Mario”. La señora angurrienta detrás del mostrador secaba copas mientras practicaba un clásico malhumor. En la pieza del fondo un hombre adusto, algo encorvado parecía un sueco con la nariz en asuntos turbios. Al percibir nuestra presencia nos estampó una mirada inhóspita que nos inmovilizó casi sobrenaturalemente. “Qué pasa, qué quieren?”, “nos mandó la gorda”, “y qué quieren”, “queremos saber de… Noel”.
“Está muerto. Fini. Capute. Vuelvan a sus casas, acá no tienen nada que hacer”. Fuck fuck fuck mother fucker se escuchaba desde una de las habitaciones del primer o segundo piso, fuck fuck fucker. Esta plaga, dios! Otro desmadrado menos!