mayo 31, 2004

En cuestiones alucinantes mi prepotencia cae del margen. En un pozo angosto puedo permitirme una segunda opinión, únicamente de pie. Las miasmas sazonadas de croatas son todas, a mí, muy pocas. Y detrás indios enrolados, verdaderos indios con motitas aplastadas contra el cráneo oscuro, angulencia producida sin otras noticias probablemente por la fuerza centrífuga de la revolución. Una lluvia de lanzas deprava el cielo azul a salvo de nubes, nada entonces para amortiguar y protegerse del festín plateado y enumerar oportunidades malhabidas. Porque no es fácil poner una cama patas arriba. No es sencilla la cámara de gas mostaza, ni el cepillado, ni la alacena mohosa de jamón. Las miasmas sazonadas de huecos. En cuestiones alucinantes mi desfachatez muerde el polvo. Vengo a comenzar otra vez con el culto al frenesí, desarmándome dentro de un corsé de cuero negro, con los ojos vidriosos y la culpa reverberando como cianuro ardiente en mi garganta. Y los indios recién afeitados ahora en círculo, observándolo todo en mute. Se acercan, se acercan, se acercan, en mute, se acerca, reverbera la culpa en mi garganta, slow, slow, slow, glup, slow, glup, glup, snow?
Me quedo helado.

mayo 26, 2004

Leyendo este blog me siento un pornógrafo. Uno satisfecho, por supuesto. Debe ser casualidad, el hecho de tanto erotismo en continuado. Pero de nuevo, la casualidad es solamente una conversación de borrachos ociosos, y el sentimiento dominante es un nervio ahumado, una barricada sádica en los jardines de Carlos Paz. Y la visión: jugo de mejillas, extra large, costumizado, sospechosa adherencia en una vieja edición de Husler.

mayo 16, 2004

NO!!! La Pantera y la pelirroja, Estrella, sabés esas dos, hijo de mil puta, no podés, tanto culo no podés!" Mi hermano es un aberrante simio que lame su propia encía y masca bizontes. Pato está bostezando, una y otra vez, pero sigue con la idea de ir a Acebal. Venís?", paso, estos putos me están irritando". Qué tanto, vuelvo a la barra a comprar otra cerveza.
Y ahora, depravados, libidinosos, calientes, el show que estaban esperando... la gata montada en el cerdo, Veritas dentro del corcé". Y suena Morrison de fondo, ahogado, enlatado en cofre, y cientos de pendejos lactantes tronan hombría deprabada, echan espuma por la boca y dinamitan la situación. Pedazo de puto" me dice Pato, cuenta anécdotas de otros puticlubs y se resfrega la nariz para evitar un nuevo bostezo. Repito: "Basta de putos la concha de tu madre" mientras dos travestis se succionan entre si.
Nuevamente reclino la cabeza, intento dejar de lado el dolor de espalda, enciendo un cigarrillo y comento al pasar, "deberíamos dejar de hacer esto. No tiene sentido". Pero nada, babuinos se adentran en la pantalla, y la última estrella porno es un culo morado en MTV.

mayo 11, 2004

ahhh esta hora de puntos suspensivos, tan cobarde que parece sólo una barriga llena de aburrimiento. La única opción para esta hora me parece la de Tiberio, echado y semiadormecido, abanicado por cinco putas perfumadas de relax, vertiendo saliva sobre el torax. ahhh ahhhh ...

mayo 10, 2004

BEFORE BREAKFAST

Empuñaba un látigo de colección, un artefacto de mediados de sigo XIV, diseñado especialmente para el conde Von Bustenn, de Alirimania Chíprite. Lo blandía con sentido de honor, una cara relámpago que confirmaba todas mis sospechas. Uhla sudaba dentro de las esposas, la carne trémula, las infinitas posibilidades de coágulos esperaban compungidos el momento de dar a conocer sus nuevas constelaciones. El látigo zumbaba por sobre el rostro de Uhla, de una palidez de mármol carrara descafeinado, y semejante a una hélice debilitaba la angustia de una niña para ceder a un vértigo peligroso, deslumbrante e hipnótico. Sujeta ella alevoso él, un hombre corrupto, niño horrible con proyección exterior, en ondas sensitivas, en ideas de cejas erizadas, apreciaciones sensacionalistas y la sospecha de la media con encaje que se rasgó, un alarido inmerso en lágrimas cremosas. Déjame es suficiente!? fue todo lo que rayó un elixir penetrante y detrás un puñado de sed roja.

mayo 06, 2004

Le remarco en un gráfico cómo todos pueden apreciar lo descentrado que estoy pero ella no logra concentrarse y me propone una partida de ping pong. Yo soy un poco china, no te parece”, me sugiere y le respondo no sé”, parece a cierta luz, pero tendríamos que hacer algo con tu bello púbico”.
Esto me recuerda a aquella chica homicida que conocí en los años 30, la cual se maquillaba religiosamente antes de salir a matar. Era casi un ritual energético. Yo me sentaba silencioso con un wiskie importado, aceitaba las armas y ella se encerraba en el baño, a delinearse los ojos como si fuera lo más excitante del mundo. Y lo era, si no recuerdo mal. Cada vez se me pasaba por la cabeza quitarle la blusa y cojerla ahí mismo, usando el silbato distorsionado, en pleno éxtasis adrenalínico. Pero nunca lo hice. Creo que por sobre todo priorizaba nuestros asesinatos, pensando que era necesario guardar esa santa energía para más tarde, cuando nuestros asuntos realmente lo requirieran. Jamás se me cruzó por la mente la teoría del Dr. Bilardo, quien permitía a sus pupilos tener relaciones sexuales la noche anterior a un juego importante, argumentando que eso los distendía y fortalecía sus confianzas. Ah, pero a la mierda con Bilardo... él era impotente después de todo.-
Barato y retardado, además. Los dedos como estacas en tu nariz, tu cabeza friendo, ya me están acojonando, y no te miento. Sufro cada vez que vuelvo a verte, una corazonada de pollo que debería ser agrado pero es al estofado. Gracias a dios los vagos, diminutos, indiscretos, extinguidos canioncitos de cera que preparabas al atardecer, durante las citas con that`s 70 show, mientras ardía el crepúsculo. Deseo esos gratos momentos otra vez, conocerlos nuevamente, en su identidad original, para poder quererte sin nauseas, para poder sacudirme en el hall cuando entro apresurado, empapado con el sobretodo en la barriga en 90 grados y sin aliento.
Retardado además, sin migas dispersas aleatoreamente sobre la alfombra, desayunando periódicos españoles en edición digital. Sin restos de ceniza sobre el teclado y el rugir nocturno de un angustioso eclipse lunar. Me sobreviene la nostalgia y me siento como la mierda, no hay otra forma de ponerlo. Quiero ser Don Johnson, si. Quiero poder predecir el futuro, ser una pitonisa y cubrir de celos la región del ombligo indispuesto. No need to argue. Just money. Money. Solo, encanto, decir no a Fantino, y vernos frente a frente sin necesidad de pañuelos, sin miras telescópicas ni rencor multimutado, ni prisas de periodista, ni tácticas de Asia Menor. Unicamente vos, yo, y un cuchillo. Y la promesa de sangre alrededor.

mayo 04, 2004

Los gemelos plásticos de la perversión son ahora arrendatarios de mi coche-cama. Y preguntan a través de la ventanilla polarizada “Juno, tengo tiempo para ti?”, “no cuestion about it”. Un jadeo disimulado irrumpe en la hipocresía conductista de todo momento, pantalones sobre los muslos cabreados, “eso es todo lo que tiene ahí?”. Con que lustrarlo y inflamarlo no servirá de nada, los gemelos se han marchado en fila india aunque sean solo dos. Uno por delante, el otro por detrás.