febrero 28, 2005

El hoplita (este soldado-ciudadano griego) es el primer revolucionario potencial para Ballard. Producto fresco de la primera polis, da grandes zancadas de obediencia para explotar en una confortable residencia de un barrio privado modelo. Su orgullo se revela en una coraza dorada. Luego de dos milenios de sumisión y de cargar con la responsabilidad de la democracia, el hoplita se interesa nuevamente por los elementos necesarios para hacer fuego. Planea, en principio, contar con los suficientes explosivos.
Y es así. El invento de uno de los individuos más singulares y aventureros de todos los tiempos (Alejandro Magno) facilitó la maquinaria que marcaría veinte siglos de corralón. La falange hace en su momento del Hoplita, como la ciudad del ciudadano, una unidad intercambiable, un elemento similar a todos los otros cuyo valor individual no debe manifestarse ya nunca sino dentro del orden impuesto por la maniobra de conjunto, la cohesión de grupo, el efecto de masa, "nuevos" instrumentos de victorias.
La clase media es el "nuevo" proletariado. Se está dando cuenta que su esfuerzo (fundamental pero claro, no de cada individuo ya que son "intercambiables) se ve cada día peor recompensado. Un pediatra en duelo ha dado un paso a destiempo en medio del combate diario y la falange es ahora vulnerable. Llegará hasta nosotros? Nos tocará? Arremeterán contra nosotros? Arremeteremos nosotros?

febrero 20, 2005

La noche cae redonda en Soho. La lluvia toca todo lo que veo. Un íncubo destello a la distancia hace que contenga mi aliento, tan solo por un segundo. Un coche pasa. Me quedan tan solo burdas muecas y las ganas de llorar. Un solo de clarinete tan perfecto se disgrega por sobre la acera húmeda, y el vapor es tan triste también, parece de utilería. Estoy solo aquí, en una noche lluviosa en Soho. Lejos, tan lejos, aunque confortable. Cálido dentro de mi sobretodo, un talentoso percusionista atormentado con un cigarro olvidado y un pensamiento remoto y melancólico. Un hedonista malagradecido en blanco y negro. Olvidado en un callejón. El vapor es de utilería. La lluvia lo toca todo. La noche cae redonda en Soho. Me siento bien.

febrero 18, 2005

Era un recuento menstrual de trece láminas. La primera, en plaza Francia. Un lejano tipo de manos heladas y sobretodo. La segunda, un obrero de la construcción, flamante fobia a la minifalda. La tercera, galante señora envejeciendo junto al teléfono: "ah si, son terribles, si". La cuarta sin tildes, angosta visión telúrica, oh, Mic, es Mic. La quinta, en inferiores, trabajando duro como un asno; dicho por Tic, el maestro. Uff, la sexta... trece láminas para un recuento menstrual irrelevante.
Detrás del polvo queda el vacío, y una escandalosa refutación del ente parmenídico. Posted by Hello
De padre alemán y madre irlandesa, el saxofonista Paul Desmond recibió las primeras nociones de música de manos de su padre, que durante cierto tiempo había estado tocando el órgano en un cine mudo para acompañar las escenas de las películas y más tarde hizo de arreglista para orquestas de baile. Desmond estudió en el San Francisco Polytechnic y en el State College donde consiguió diplomarse en el clarinete, un instrumento que siempre la había fascinado. Fue en 1950 cuando decidió adoptar el saxo alto como su instrumento definitivo y con el que tuvo sus primeros escarceos con la música profesional en el seno del grupo de Jack Fina.
Influenciado por Johnny Hodges y sobre todo por el sonido del saxo de Pete Brown, saltó a la fama diez años mas tarde cuando el pianista Dave Brubeck, con quien permaneció la friolera cifra de diecisiete años y al que conocía desde 1943, lo llamó para formar parte en 1951 de su cuarteto. En ese grupo, Paul Desmond era el músico más talentoso y contribuyó esencialmente en el éxito del combo con su característico estilo melódico, de gran pureza, lleno de vigor y dulzura al mismo tiempo. Su aportación a los grandes discos de Dave Brubeck, especialmente en el extraordinario tema "Take Five" -grabado para Columbia en el año 1962 con el álbum "Time Out"- fue extraordinaria y a partir de entonces, Desmond fue reconocido como el alma máter del cuarteto de Brubeck. Fuera del contexto del grupo de Brubeck, Paul Desmond grabó, no sin cierto disgusto de Brubeck, algunos discos extraordinarios con el saxo barítono Gerry Mulligan y con el guitarrista Jim Hall. También grabó varios discos a su nombre, fundamentalmente cuando se disolvió el cuarteto.
En los setenta, Paul Desmond casi desaparece de la escena musical del jazz debido a sus endémicos ataques de pereza, sus problemas con el alcohol y también por la aparición de los primeros síntomas de la enfermedad que le quitaría la vida: un cáncer de pulmón. En 1972 reaparece efímeramente al lado de Dave Brubeck en el Festival de jazz de Newport. Decidió escribir su propia autobiografía pero otra vez la pereza le impidió pasar del primer capitulo. En 1974 se instala en el famoso "Half Note" de New York con su propio cuarteto donde noche tras noche deleita a numerosos seguidores. Saxofonista infravalorado hasta hace muy poco, hoy la crítica le reconoce lo que le negó en vida: ser uno de los grandes músicos de jazz de toda la Costa Oeste de los Estados Unidos y un maestro en el arte de la improvisación, siendo su sonido reconocible desde las primeras notas.
Dotado de un fino humor (el seudónimo de Desmond lo buscó en una guía de teléfono), dejó todo su dinero a la Cruz Roja, su piano Steinway al club Bradley's y especificó en su testamento que su cuerpo fuese cremado porque, textualmente, no quería ser un monumento camino del aeropuerto.

Preámbulo nº5 de Patrick Bateman.

febrero 09, 2005

Chico Buarque y Keith Jarrett me miran de reojo mientras transcribo para luego traducir las últimas canciones escritas por Elliott Smith.
-Es cierto.
-No hay dudas.
-Es un problema verdiblanco.
-Pasajero.
-No juraría yo eso sobre la Constitución.

A través del mientras fantaseo con mi propio cuerpo tendido al sol, bien a punto, tenso y nervioso, entreviendo el final del primer tiempo del entrenamiento. No prestaré atención a la charla técnica del entretiempo pero sabré qué hacer dentro de la cancha, en el segundo tiempo, y si resulta que hago una demás, por así decirlo, pondré la cara de travesuras de Pablito Aimar y sacaré la lengua empastada. Hasta podría tocarme el miembro y sonreir.
Chico: Un coche y un chofer cuestan demasiado. He vendido mi coche.
Groucho: ¡Qué tontería! En su lugar, yo hubiera vendido el chofer y me hubiera quedado con el coche.
Chico: No puede ser. Necesito el chofer para que me lleve al trabajo por la mañana.
Groucho: Pero, ¿cómo va a llevarle si no tiene coche?
Chico: No necesita llevarme. No tengo trabajo.
twilight

haven't laughed this hard in a long time
I better stop now before i start crying
go off to sleep in the sunshine
I don't want to see the day when it's dying

she's a sight to see, she's good to me
I'm already somebody's baby
she's a pretty thing and she knows everything
but i'm already somebody's baby

you don't deserve to be lonely
but those drugs you got won't make you feel better
pretty soon you'll find it's the only
little part of your life you're keeping together

I'm nice to you, I could make it through
that you're already somebody's baby
I could make you smile if you stayed a while
but how long will you stay with me baby

because your candle burns too bright
well, I almost forgot it was twilight
even if I think that you are right
well, I'm tired of being down, I got no fight

you're wonderful, when it's beautiful
but I'm already somebody's baby
and if I went with you I'd disappoint you too
well, I'm already somebody's baby
already somebody's baby