La noche cae redonda en Soho. La lluvia toca todo lo que veo. Un íncubo destello a la distancia hace que contenga mi aliento, tan solo por un segundo. Un coche pasa. Me quedan tan solo burdas muecas y las ganas de llorar. Un solo de clarinete tan perfecto se disgrega por sobre la acera húmeda, y el vapor es tan triste también, parece de utilería. Estoy solo aquí, en una noche lluviosa en Soho. Lejos, tan lejos, aunque confortable. Cálido dentro de mi sobretodo, un talentoso percusionista atormentado con un cigarro olvidado y un pensamiento remoto y melancólico. Un hedonista malagradecido en blanco y negro. Olvidado en un callejón. El vapor es de utilería. La lluvia lo toca todo. La noche cae redonda en Soho. Me siento bien.
febrero 20, 2005
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