julio 28, 2004

Ultimamente un comportamiento extraño, de manifiesto en muchas circunstancias. Acaso el precedente original fue el momento en que vió a Susan llendo hacia el otro lado del pasillo. Intentó llamarla pero un grito no fue suficiente, no lo suficientemente alto. Entonces viró, golpeó la puerta más inmediata y saludó amablemente al anciano de viscera que le atendió. Esto es todo buenas tardes. De estas características irrisorias son la mayoría de las historias que de él tengo para contar. Tardes de limonada en la cofradía, lecciones de strip-poker, relecturas eróticas en grupos de terapia familiar. Cosas así. E inmediatamente me refresco el rostro turbio. Un comportamiento extraño, de manifiesto en muchas circunstancias. El movimiento zigzageante en parodiada progresión.
No hay noticias suyas por estos días. Sinceramente hace tiempo que no sabemos nada de él. Pero estará seguro, en alguna mesa ajena, descalzándose furtivamente, esforzándose por contener la mueca que termine con la velada.
Me río, porque no lo conseguirá.
De entre la noche cubierta de amalgamada entropía quitó un encendedor roto. En su habitación, un único color implosivo. Volutas de humo sobre su cuerpo tendido, oyendo sonidos rotos que se colaban por entre las cortinas.
Yaciendo sobre la cama poseso por un conducto en espiral por el cual expiraban en secuencias automáticas sus más frecuentes obsesiones.
Intentando resistir, una vez más, aquel ahogo del tiempo, aquel vértice del espacio. De repente, el espacio se resiente, la vista relampaguea un corte transversal de microsegundos, y después. Escuchamos todo el tiempo que ya nada es lo mismo, y en todo caso estamos confundidos. Pero nada es tan perplejo como esto. La estática del televisor que ha encendido en modo programado. Fue solo un susto...
Travis. Posted by Hello
La Simetría Perdida del Blastodermo. "Esta negativa a aceptar el hecho de su propia conciencia -escribió el doctor Nathan- puede reflejar ciertas dificultades posicionales en el contexto inmediato de tiempo y espacio. El ángulo recto de una escalera en espiral puede recordarle ciertas figuras en la química del reino biológico. Este fenómeno suele alcanzar límites notables: los balcones que sabresalen en el edificio del hotel Hilton, por ejemplo, han llegado a identificarse con las perdidas aberturas branquiales de la actriz cinematográfica moribunda Elizabeth Taylor. Muchos de los pensamientos de Travis se refieren a lo que él denomina "simetría perdida del blastodermo", el primitivo precursor del embrión que es la estructura última encargada de preservar la simetría en todos los planos. A Travis se le ha ocurrido que nuestros cuerpos pueden ocultar los rudimentos de una simetría no sólo en relación con el eje vertical, sino también con el horizontal. Uno recuerda las ideas de Goethe: la calavera sería una vértebra modificada; del mismo modo, los huesos de la pelvis pueden ser lo que queda de un cráneo sacro perdido. Similitudes entre las histologías del pulmón y del riñón han sido señaladas hace tiempo. Otras correspondencias entre la función respiratoria y la urogenital vienen a la mente intronizadas tanto en la mitología popular (la supuesta equivalencia entre la longitud de la nariz y el pene) como en el simbolismo psicoanalítico (los "ojos" son comúnmente una imagen codificada de los testículos). Parece pues que la extrema sensibilidad de Travis ante los volúmenes y la geometría del mundo de alrededor, así como su inmediata traducción a términos psicológicos, puede reflejar un intento tardío de volver a un mundo simétrico, que recuperaría la simetría perfecta del blastodermo, así como la "Mitología del Retorno Amniótico". En la mente de Travis la Tercera Guerra Mundial representa la autodestrucción final y el desequilibrio de un mundo asimétrico, el último espasmo suicida de una hélice dextro-rotatoria, el DNA. El organismo humano es una exhibición de atrocidades en la que Travis desempaña el papel de espectador involuntario..."

Clon.
Disociación: ¿Quién se rió en Nagasaki? Travis corrió por el cemento roto hasta la valla. El helicóptero se precipitó hacia él: el motor rugió entre los árboles, y las aspas desataron una tormenta de hojas y papeles. A veinte metros de la valla, Travis tropezó entre los rollos de alambre de púas. El helicóptero volaba ladeándose, el piloto inclinado sobre los instrumentos. Mientras Travis corría, el aparato descendió de pronto, y las sombras parpadearon alrededor como ideogramas crípticos. Luego la máquina se alejó volando por encima de los bunkers. Cuando Travis llegó al coche sosteniéndose la tela del pantalón roto en la rodilla, vió a la joven de vestido blanco que se alejaba por el camino. El rostro desfigurado se volvió a mirarlo con ojos indulgentes. Travis iba a llamarla, pero se contuvo. Exhausto, vomitó sobre el techo del coche.

julio 20, 2004

Texto, Fragmento de Guión pensado para Cine
(a ser utilizado en voz en off, por sobre the New York Dolls: Lone Star Queen/Personality Crisis)
 
Cuando veía figuras en las nubes, algo generalmente como un pelícano gaseoso, rara vez un viejo hambriento fuera de un MacDonals, se me ocurrían grandes ideas.
 
I had been looking for a kiss. Oh yes baby, just gimme that fucking kiss!
 
Cuando veía figuras en el cielo se me ocurrían grandes ideas. En el caso del pelícano (que era sin dudas el más frecuente) no tenía mucho que ver con asociación directa. Más bien eran símiles paranoicos. Es decir, el pelícano me llevaba hacia gafas negras con pequeños espejos en los costados que me permitieran observar también lo que ocurría detrás mio. Realmente era como confesarse y que además resultara útil. Reconocí en ese caso que desde pequeño había tenido la molesta sensación de un gran pájaro con enorme pico me agarraba caminando por la playa desprevenido y me raptaba. Trasladándome a miles de metros de altura, por encima de ciudades desconocidas, me dejaba caer semi-inconciente a la entrada de un hangar abandonado, donde había restos humedecidos de cadáveres de niños como yo.
 
Now the birds have a motive, baby. Now it is time, let`s dance and watch, with so much carefull!
 
Ideas tan banales se me han ocurrido, un día el calor era lodo fundido el sol tan cerca y le dije a Maiqui "somos dos pero tendríamos que ser más", y entonces nos reproducimos. Cambiábamos cada minuto de posición para no calcinarnos la espalda. Ibamos a tener veinticuatro hijos y los llamaríamos Julián, y todo en concepto de gratitud a la condensación. Mientras Maiqui decía que parecía algodón, yo estaba cansado y sólo pedía una lluvia.
Cada vez se me hace más complicado disfrutar de algo en su totalidad. Tanto como dejar de lado la inercia y desenvolverme. Estoy sumergido y mi cuerpo aferrado a una pesada roca a través de una cuerda. Apenas me queda algo de oxígeno, es sólo un resto necesario para sobrevivir. Día tras día comprendo que nada es determinante, y que todas las decisiones conducen a distintos caminos, que cada cosa tiene su propia identidad, y que razonamos estúpidamente basándonos en estadísticas y probabilidades. Entonces me queda muy poco, porque está omnipresente mi condicionamiento moral, no hay que olvidar tal don de dios. Me queda aceptar, ironizar y buscar, seguir buscando.
Demasiadas garantías, oh dios. Demasiadas garantías para la constitución.

julio 16, 2004

En definitiva no era más que eso, sino mucho menos, y con la amabilidad de usar unas deterioradas gafas de sol que nunca repuso. Sin concesiones ni medias tintas, un aparatejo sónico debajo del lavatorio henchido en cinta de embalaje, un hombrillo medieval de colección, junto con demás restos de herramientas rotas sin evidente propósito.
Joe conversador de films de la década del cuarenta, se ufanaba de un doble homicidio extravagante, llevado a cabo bajo los más bellos cánones estéticos, digno de un niño ocioso como De Quency, pero sólo dentro de unos cuantos años. Todavía estoy verde.
Hyperactivo, suburbano de alcantarillas con un loop de classic western como as en la manga. Que tipo!, debería acabar a mitad de camino. Un ejemplar a quedar inconcluso.
 
Cuando leo información que afirma que se cargó a su criada, en un aventón narcisista hacia el hoyo y todas esas estupideces que deberían censurar, pienso en que podría haber sido cierto, y en mayor medida que debería haberlo hecho. No es más que reputación, y de eso no se sabe nada. Meek popularizó una belleza particular, íntima, de manera clandestina. Su carcajada era temeraria en varios círculos, tanto por su característica reveladora como por su odio. La famosa anécdota apenas comienza se funde en blanco, sobrevive esquizofrénica dentro de un mixer. La plomería, ciertamente, es una escuela de sonidistas de sello Joe, the Producer.