diciembre 18, 2003

Como pipas, tiempo ha pasado desde aquellos domingos resacados en la tribuna. El viento no era suficiente y el estómago burbujeante era el protagonista absoluto de mi organismo autodestructivo. Siempre, sin excepción, perdíamos. Nunca influía en nuestro estado de ánimo. Y ahora recuerdo todo esto, solamente por haber comprado estas pipas, solamente porque no tengo otra ocupación estimulante, y pretendo creer que todo eso ha quedado superado y que forma parte ya de un pasado aceptado y enterrado en polvo. Pero al sucudir no me entran las ganas de estornudar.

Oh well, okay