Me esforcé muchísimo por ocultar el verdadero propósito de mi visita a este lugar, pero los repetidos gestos de espanto me terminaron delatando. Mi ramera sufrió enormidad de calamidades, cosa que me impidió reconciliarme con el viejo mundo. El Lic. Treness razonaba bien cuando proponía un pacto.
noviembre 16, 2003
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