enero 21, 2003

Es perfectamente entendible lo que le pasa a esa gente, que corre detrás de palmeras de un color indescriptible. Es hasta encantador suponer que insisten en una dirección inexistente, que van galopando a más no poder hacia un sentido prófugo. No puedo asegurar que ellos saben ya todo esto, que ellos lo entienden perfectamente. No puedo asegurar nada aunque corran casi invertebradamente, como sólo corren los desesperados.