Pete Shakehands

El problema con este muchacho es su forma de vestir. El principal inconveniente es que es colorblind, y sin lugar a dudas tiene poco instinto estético. Además de esto, casi nada; es decir: todo bien.

La Yésica

Cualquier individuo que haya podido finalizar los estudios primarios sabe que no puede ser otra cosa que una mujerzuela. Antes de pronunciar su nombre es imprescindible usar el artículo “la”. De lo contrario, estaríamos ante un problema de tipo indeterminado.

El Cosa

Otro parásito sociópata. Acepta todo tipo de canjes y se excita de manera permanente ante situaciones de caos ciudadano. Lleva lentes oscuros en todo momento sobre una cabellera exageradamente sucia. Jamás se los he visto puestos. Viaja en una moto Honda robada y siempre lleva preservativos encima. Mucho más por agregar.

Ramón Bidonde

Es evangelista pero su madre se acaba de hacer las lolas. El crucifijo que cuelga de su pecho tiene el tamaño de su antebrazo. Ha escalado varias cumbres, todas una mierda. En los veranos sufre de asma pero durante el invierno pasa desapercibido. Huele a menta.

Delfina O`Higgins
Hasta los veinte todo bien. Después, todo se desliza lentemente hacia el carajo. Mejor promedio, mejor compañera, la más bonita de todas, capitana del equipo de hockey del Jockey Club, ella dejó ciencias económicas para dedicarse a conocer sudamérica. Una más que probable relación de sexo duro con el comandante Marcos precede el advenimiento de un espíritu sumamente revelde. En algún momento comienza a fumar Parissienes y a ametrallar pequeños coreaños. Según una carta filtrada, es feliz y se siente completa en alguna parte del amazonas.

Jaime Peterstone

Modelo y figura pública indiscutible. Múltiple ganador de premios tales como: El mejor vistido del año, Chico Bond del mes, El menos convocante del siglo, etc. Todos los días dos manicuras y cada sábado un curso avanzado de inglés, que lo habilita a tirar palabras cool interactuando en eventos sociales (Hey, man!, O.K., Forever- Forever, All Right!). Su novia parece ser ninfómana o si no, al menos tiene grandes problemas con la heroína. Cambió su apellido porque su padre (importante empresario) no quiere que sus vidas sean asociadas. No hace otra cosa más que cenar ostras.

Rubí

Camisa hawaiana, lentes oscuros, algo calvo con reflejos rubios. Casi un metro sesenta de estatura. Tiene como mascota un cerdo vietnamita. Llama tesoro o cariño a todo aquel que no sea una desagradable puta como él. Fuma chinos y piensa todavía en tres marineros suizos de un atardecer en Ibiza. La mitad de sus amantes se llaman Carlos.