El artículo a continuación es a modo introductorio e informativo. Pido disculpas por la psicotimia del autor, y no me hago cargo de su temible falta de conmiseración.
(Típico artículo cholulo de los que tanto reniego / de los que tanto consumo)
Ese negrito, que en Vida acuática aparece siempre en un discreto segundo plano cantando canciones de David Bowie en portugués, es dueño de un genio insondable. Si en la comedia de Wes Anderson -una monumental gastada a Jacques Cousteau- las canciones de Bowie son el soporte exacto para la tierna y fumada megalomanía del personaje de Bill Murray, en el disco Cru ese muchacho con la misma resentida mirada de un Spike Lee muestra otras aristas, más ásperas y radicalizadas. Pero tan despojadas como las de su personaje de marinero que se acompaña con una guitarra española en la cubierta del Belafonte.
Estamos hablando de Seu Jorge, un carioca torvo de 34 años que en los 90 formó el grupo Farofa Carioca para desarrollar perfomances de pop, teatro y circo, y que como solista irrumpió en el 2000 con un mix de samba, funk y hip hop. Ahora, como parte del lanzamiento en la Argentina del sello Naïve, es posible conseguir su último CD, Cru (Crudo), una joyita de 10 temas que apenas se corre del formato acústico de percusión, cavaquinho y guitarra.
Con un fondo de permanente samba tristona, Seu Jorge apunta a tres temáticas: lo amoroso, la desesperación social y la desesperación individual. Tive razao es una canción enorme, ya un hit absoluto en Brasil, en cuyo clip aparecen Willian Dafoe y Bill Murray. Eu sou favela dice sin vueltas: La favela nunca fue un reducto marginal / Sólo tiene gente humilde, marginada / Esa verdad no sale en los diarios... (Seu actuó también en Ciudad de Dios, un viaje al fondo de la violencia en esa favela carioca). En Chatterton adapta la canción de Serge Gainsbourg y lo que queda es tan elocuente que no necesita traducción: Chatterton, suicidou /Kurt Cobain, suicidou / Vargas, suicidou, Nietzsche, enloqueceu / E eu, nao vou nada bem.
Admirado por próceres como Caetano Veloso y Chico Buarque, Seu Jorge tiene un pasado inasible que incluye oficios como el de gomero y una tragedia, la del asesinato de su hermano, que desestructuró a su familia y que hizo que Seu terminara en la calle, mal. Comenzó a vagar por ahí, a tocar en peringundines y a definir esa mirada temeraria.
Hoy es famoso en Brasil y empieza a serlo en los Estados Unidos. Dicen que a Bowie le encantaron sus versiones en portugués. Se codea con Hollywood y le sobran ofertas. Pero, nacido Jorge Mário da Silva, Seu Jorge desconfía hasta de su propia suerte. "Todo es un malentendido", dijo. Prefiere cantar: Marc-Antoine, suicidou/Van Gogh, suicidou/Schumann, enloqueceu/E eu, nao vou nada bem.
(Típico artículo cholulo de los que tanto reniego / de los que tanto consumo)
Ese negrito, que en Vida acuática aparece siempre en un discreto segundo plano cantando canciones de David Bowie en portugués, es dueño de un genio insondable. Si en la comedia de Wes Anderson -una monumental gastada a Jacques Cousteau- las canciones de Bowie son el soporte exacto para la tierna y fumada megalomanía del personaje de Bill Murray, en el disco Cru ese muchacho con la misma resentida mirada de un Spike Lee muestra otras aristas, más ásperas y radicalizadas. Pero tan despojadas como las de su personaje de marinero que se acompaña con una guitarra española en la cubierta del Belafonte.
Estamos hablando de Seu Jorge, un carioca torvo de 34 años que en los 90 formó el grupo Farofa Carioca para desarrollar perfomances de pop, teatro y circo, y que como solista irrumpió en el 2000 con un mix de samba, funk y hip hop. Ahora, como parte del lanzamiento en la Argentina del sello Naïve, es posible conseguir su último CD, Cru (Crudo), una joyita de 10 temas que apenas se corre del formato acústico de percusión, cavaquinho y guitarra.
Con un fondo de permanente samba tristona, Seu Jorge apunta a tres temáticas: lo amoroso, la desesperación social y la desesperación individual. Tive razao es una canción enorme, ya un hit absoluto en Brasil, en cuyo clip aparecen Willian Dafoe y Bill Murray. Eu sou favela dice sin vueltas: La favela nunca fue un reducto marginal / Sólo tiene gente humilde, marginada / Esa verdad no sale en los diarios... (Seu actuó también en Ciudad de Dios, un viaje al fondo de la violencia en esa favela carioca). En Chatterton adapta la canción de Serge Gainsbourg y lo que queda es tan elocuente que no necesita traducción: Chatterton, suicidou /Kurt Cobain, suicidou / Vargas, suicidou, Nietzsche, enloqueceu / E eu, nao vou nada bem.
Admirado por próceres como Caetano Veloso y Chico Buarque, Seu Jorge tiene un pasado inasible que incluye oficios como el de gomero y una tragedia, la del asesinato de su hermano, que desestructuró a su familia y que hizo que Seu terminara en la calle, mal. Comenzó a vagar por ahí, a tocar en peringundines y a definir esa mirada temeraria.
Hoy es famoso en Brasil y empieza a serlo en los Estados Unidos. Dicen que a Bowie le encantaron sus versiones en portugués. Se codea con Hollywood y le sobran ofertas. Pero, nacido Jorge Mário da Silva, Seu Jorge desconfía hasta de su propia suerte. "Todo es un malentendido", dijo. Prefiere cantar: Marc-Antoine, suicidou/Van Gogh, suicidou/Schumann, enloqueceu/E eu, nao vou nada bem.
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