Tocan la puerta de la oficina. Trato de ver por la rendija y nada: la ventana del otro lado. La curiosidad insiste y abro y veo entrar a un coche a control remoto. Va directo hacia la heladera a servirse un trago de Gatorade, supongo que necesita combustible. Mi cara de atónito gesto. Con pasmosa desenvoltura sube a una silla y comienza a chequear sus mails. "Cualquiera, ¿de qué te la dás?" le digo, mirándolo fijo. El autito hace una reversa, encara para mi lado y enciende los focos desafiante. Y ahora es peor, y ahora qué hago, la puta madre pienso. "Bueno, dale, pero apurate que tengo que usar la máquina" le digo. Y enciendo un pucho nervioso y trato de no volver a faltarle el respeto.
abril 24, 2003
Entradas previas
- La retina a más no poder. Una punsión más de angus...
- Vivir como el Burrito Ortega: Gambeteando
- pistachio sensitivo: no puedo dejar de postear!!!
- cuándo acaba la confusión omnipresente del ser pet...
- TAMBIÉN: Me gustaría contraer un resfrío de mocos ...
- ACABO DE DECIDIRME: FELISA MIENTE
- Que con la entrada al cine regalen tizas: 2 entrad...
- sería interesante que cayera una gota gigante de c...
- Iced Earth o Iron Maiden dentro del coche Dió lo m...
- Hay una manada de niños nijas a mi alrededor, me s...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home